El agua es una sustancia maravillosa que tiene la capacidad de responder a las vibraciones que la rodean. Algunos estudios han demostrado que el agua se puede energizar positivamente con palabras y música, modificando su estructura molecular y creando hermosos cristales. Esto significa que podemos influir en el agua que bebemos y utilizamos con nuestras intenciones, emociones y sonidos. Si le hablamos al agua con amor, gratitud y respeto, le transmitimos una frecuencia armoniosa que la hace más pura y beneficiosa. Sin embargo, si le decimos palabras negativas, agresivas o violentas, le provocamos un estrés que la vuelve desordenada y caótica.
Lo mismo se aplica a la música: el agua reacciona bien a la música clásica, a las melodías suaves y a las canciones espirituales, mientras que se deteriora ante la música negativa, los ruidos fuertes o las voces desagradables.
El agua es un regalo precioso que debemos apreciar y potenciar, porque es fuente de vida, salud y belleza. Podemos aprovechar el poder del agua para mejorar nuestro bienestar físico, mental y emocional, simplemente eligiendo las palabras y la música adecuadas para energizarla positivamente.
por Giten